Mi Primera Cesárea

By ⋒El Blog de Noor⋒ - abril 19, 2017

Hola chicas, chicos, mamis, hoy quiero compartir no sólo información sobre en qué consiste la cesárea sino cómo me sentí desde el inicio de este proceso, sé que a muchas chicas (que aún están pensando en el futuro bebé) y a mamis que ya están embarazadas les va a interesar mucho. 


Mi primera hija, fue un choque de emociones, no voy a mentir, nos tomó por sorpresa, tenía 23 años cuando me enteré. Pensaba que tener un bebé era un sacrificio económico pero jamás me imaginé que era un gran sacrificio físico y hormonal, más que sacrificio es un cambio, totalmente, y cuando asimilas la idea que eres mamá desde que ese huevo cigoto se instaló en tu útero pues te conviertes en un shampoo de nervios y preguntas.
Luego de asimilar la noticia, poco a poco, día tras día amaba ese pequeño latido, pensaba y no dejaba de imaginar la carita de mi bebé, si se iba a parecer a mí o a su papá, si tendría mis ojos o mi boca, pero luego una pregunta me invadió ¿será parto natural?

Todos los meses iba al consultorio, siempre preguntándolo todo, desde vitaminas, alimentos, suplementos, ejercicios pro y qué ejercicios debía evitar, posiciones para el sexo, etc. Todo para poder tener un embarazo sano y emotivamente saludable. Y cada mes me decía el doctor que todo iba bien, que posiblemente sería parto natural. Me enviaron a PSICOPROFILAXIS. 

Psicoprofilaxis es el conjunto de ejercicios físicos y mentales que realiza la futura mamá para evitar contraindicaciones sobre el feto o el parto en sí. Es mejor hacerlo en pareja porque es como irse familiarizando con el acto del parto, ya se van tomando roles y nos preparaba para el Gran Día.

Íbamos siempre que se nos citaba, me acuerdo bien que le hice un juguetito a mi futura bebé en una de las clases, se llamaba Palito de Lluvia (basado en un instrumento musical muy usado). Y era para estimular al bebé desde la pancita, mi hija pateaba cuando le acercaba el palo de lluvia y lo hacía sonar. 

NO TENGO CONTRACCIONES 
Pero pasaron los meses, y llegó el mes 9, no tenía contracciones, y me preguntaba que quizá el doctor se había equivocado con algo, pero mis ecografías decían que todo estaba bien, así que decidí esperar una semana más.

Ya tenía 9 meses y una semana más de embarazo, así que tuve que ir al hospital por mi cita médica y una última ecografía. El doctor, luego de realizarme la ecografía, me dijo: Su bebé debe salir, tenemos que sacarla, Yo me asusté, me acuerdo que le pregunté al doctor porqué tenía que ser cesárea, que quería dar a luz normal, qué no quería la cesárea. Pero me hizo entender que el líquido que envolvía a mi bebé ya no estaba apto para seguirla sosteniendo, era un fluído de desechos. 

Me preguntaba siempre ¿Por qué? ¿ Porqué mi bebé no quería salir? Pero los doctores decían que en algunos casos no se producían contracciones y había que intervenir quirúrgicamente. 

LA SALA DE OPERACIONES
Tenía miedo, las agujas, el suero, la sonda, me incomodaban, sentía vergüenza en esa bata de hospital, sentía vergüenza frente a los doctores e internos, literalmente todos me veían desnuda mientras me operaban. Pero, antes de ello, la Epidural fue lo más doloroso, la aguja prominente que te colocan en la columna vertebral, específicamente te la ponen en la zona baja de la columna, primero te inyectan una "dosis de prueba" para ver si tu cuerpo reacciona bien con el producto, luego te terminan de inyectar toda la dosis proyectada por el anestesiólogo. 

Una vez terminada la inyección, pude escuchar en la máquina mis latidos cardiacos, iban aumentando poco a poco, pero estaba respirando, eso era lo importante, la enfermera me dijo que esté tranquila, que todo iba a salir bien. Derrepente, me puse a rezar mentalmente, quería que mi novio esté ahí a mi lado, pero no lo dejaron pasar, era una operación de riesgo según los doctores. No sentía nada, sólo cosquilleos en mi vientre, sentí que apretaban mi panza, que hundían algo, que sacaban algo, pero sin dolor, era como si te tocaran con las yemas de los dedos, un cosquilleo nada más. 

En eso, algo me apretaba el pecho, quería hablar pero no podía, tenía naúseas, en eso vomité, vomité tanto que casi me ahogué. Obviamente antes de una operación no se come, justamente por las secuelas de la anestecia que provoca en nuestro cuerpo, pero ese día no sabía que iba a nacer mi hija, no sabía que ese día entraba al hospital para no salir por días, era el día de mi cesárea. 

Las enfermeras corrieron para voltear mi cara y limpiarme de todo el vómito provocado, estaba sucia, desnuda y con miedo, estaba asustada y avergonzada. Nadie, sólo yo, debía de calmarme, me decía a mí misma: Debes calmarte, debes hacerlo por tu bebé, hazlo por ella. Sé valiente.
No saben cómo mi fe y mis ganas de ver a mi hija me tranquilizaron. 

Escuché su llanto, muy fuerte, lloraba desconsoladamente, estaba viva y completita, me la mostraron y fue el día más feliz que he tenido en la vida, fue como si hubiera nacido también, fue algo maravilloso, algo grandioso de la vida.

POST CESÁREA
No podía incorporarme, tenía muchos puntos en el vientre, pero tenía que tomar fuerza para comer, ir al baño o amamantar a mi hija, parecía que había tenido un accidente de auto, no me valía por mí misma, el dolor era insoportable, un dolor que sólo las cesareadas comprendemos. 

Durante días sólo comía sopas, líquidos, el famoso chocolate caliente para que pueda producir leche para mi bebé, baños con hierbas, manzanilla para desinflamar la herida, poco a poco y con ayuda de la faja que una tía de mi esposo me preparó pude ir desechando los coágulos internos. Estuve en cama casi una semana, luego de dos semanas ya caminaba por la casa despacio, al mes ya estaba totalmente recuperada, pero no podía hacer muchos esfuerzos físicos por temor a que se abra la herida.

Una cesárea es una operación delicada cómo se habrán dado cuenta tras mi relato, hay que cuidarse mucho, la mamá debe cuidarse para poder cuidar a su bebé, y lógicamente el esposo, la familia cercana debe apoyar a la mamá y a su bebé, porque los primeros días son muy difíciles, pero poco a poco con fe y amor todo se puede.


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1 COMENTARIOS

  1. Qué bella foto e historia.
    Así es pasar por una cesárea no es cosa fácil, y cuando pasas por tres como yo, pues bueno, la tercera, literalmente entré al quirófano temblando!!.
    Afortunadamente todo salió bien, mis hijos ya son jóvenes adultos y cuantas alegrías me han dado!!
    Feliz de conocerte, cuídate y mucha suerte en todo!!
    Disfruta mucho cada día!

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